A bordo de un Sealine, el horizonte y el cielo se convierten en compañeros omnipresentes. Los impresionantes ventanales frontales trasladan al mar la ligereza de la arquitectura moderna en cristal y proporcionan vistas panorámicas infinitas. La conducción de la luz se combina con la composición cromática y la estética de los materiales en un perfecto equilibrio que convierte al yate Sealine en una verdadera suite flotante de diseño.